lunes, 23 de noviembre de 2009

PROSAICOS DE NICK CAVE

DE ELLA A LA ETERNIDAD (FROM HER TO ETERNITY)



Quiero hablarte de una chica
¿Sabes?, vive en la Habitación 29
Claro, es la que está justo encima mío
Me echo a llorar, me echo a llorar
Oh, la oigo caminar
Caminar descalza por el suelo de madera
Durante toda esta noche solitaria
Y también a ella la oigo llorar
Calidas lágrimas salpicando
Filtrándose por las grietas
Sobre mi rostro, ¡las recojo en mi boca!
Caminar y Llorar, Caminar y Llorar!
De ella a la eternidad
De ella a la eternidad
De ella a la eternidad


Leo su diario sobre sus sábanas
Escudriñando cada pequeño fragmento de suciedad
Arranqué una página y la metí dentro de mi camisa
Escapé por la ventana
Y bajando por la enredadera como un rayo
Salgo de su pesadilla y vuelvo a la mía
La mía, Oh la mía!
De ella a la eternidad
De ella a la eternidad
Llorar, Llorar, Llorar!


¡Apuesto a que lleva medias azules!
Y así, de pie, con la oreja pegada al techo
Oye, ya sé que esto puede parecer absurdo
Pero oigo el sonido más melancólico
Qué he oído en mi vida!
¡Caminar y Llorar!, ¡Arrodillarse y Llorar!
De ella a la eternidad
De ella a la eternidad
Oh!, Díme, ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?
¿Por qué vibra todavía el techo?
¿Por qué los muebles se convierten en serpientes y víboras?
Este deseo de poseerla es una herida
Que me fastidia como una fierecilla
Pero sé que poseerla
Es entonces no desearla
Oh, Oh, Oh, pero, ya sabes, ¡Esa chiquilla tendría que irse!
¡Irse! ¡Irseee! De ella a la eternidad.



LAS MANOS DE UN MILLÓN DE DÓLARES DE ROBERTO DURAN (THE MILLION DOLLAR HANDS OF ROBERTO DURAN)



Mis dedos barriobajeros pegan por todas partes
Una mandíbula de pastel encerrada en un puño
Envuelto en pequeñas almohadillas llenas de ladrillos
Estoy buscando a una mujer agradable
Caramelos se pegan a mi paladar
Timado y lamentando haber tendido las manos
Entre las cuerdas
¡Guantes fuera! Mi gran paliza
Que lavo en la taza de un retrete de 200 libras
Mantén mi esquina impecable
Estoy buscando a una mujer agradable
Porque yo soy un hombre agradable
Sugar-Baby sorbió y escupió en la colchoneta
Oh, en algún momento quisiera que me sentaras
Y me hicieras entender, cómo acabaron
Esos guantes en el cubo de basura
Voy a maaatar a tu madre
Eres hombre muerto
Las manos de un millón de dólares
De Roberto Duran

2 comentarios:

  1. El boxeador panameño me toca la fibra. Un boxeador del pueblo que no sólo tuvo que combatir con la miseria y la adversidad, sino que tuvo que lidiar con tres de los grandes campeones que ha dado el mundo del boxeo, y más concretamente el peso medio: "Maravilla" Harvey, "la Cobra" Hearst y el elegante Sugar Ray Leonar. ¡Aquellas sí que eran peleas!. épicos duelos repartiendose la gloria,
    Pero hoy nadie recuerda a "Mano de Piedra" Duran

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